Lee esto en la soledad de tu mente y no te preocupes de cuántos lean esto, siquiera cuando lo lean en voz alta para compartirlo; pues al entrar en tu oído sé queda solo en tu cabeza, dando comienzo al diálogo entre tu mente y mis palabras, que fuera de mí se quedan extendidas como caminos en los que puedes construir los tuyos propios. Quédate a mirar como el mundo se consume de tristeza. Bienvenido a lo que nunca saldrá de los labios de Berenice…
domingo, 22 de junio de 2008
La barrera del odio
El odio es una enredadera apretada que crece por nuestras almas, aprisionando lo que nos queda de humanidad bajo hilos de ideas sadomasoquistas. "Te odio" repites una y otra vez contra el viento, como si eso fuese a aliviar algo que pesa de por sí sólo. "Te odio", sabes que la frase lo hace crecer en tu interior, pero el gusto de odiar es tentador. "Te odio" dices disimulando el olor a pecado que emana de tu aliento al repetirlo. "¡Te odio!" gritas, odiando más que cuando empezaste a decirlo. "¡¡TE ODIO, HIJO DE PUTA!!"...es como la sal de una costra vieja que se sale de su orbita, perdiéndose en la multitud, más adentro, ya no la ves, ya no está. Tu odio se ha fugado, pero sigue ahí, buscando venganza.
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Es interesante como una sola frase, como un solo te odio puede expresar tanto, y tu supiste explicarlo de una forma sencilla pero q da a imaginar y pensar demasiadas cosas.
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