Powered By Blogger

martes, 26 de agosto de 2008

Cuando pasamos La noche boca arriba


“La noche boca arriba” de Julio Cortázar, consiste, dando sólo una síntesis de sensaciones, en la mezcla del sueño de un hombre y como este sé liga a la realidad. Los sucesos que él vive lo dejan sumido en un terror que lo envuelve y lo confunde, pasándolo a estados de ensoñación constantes, y tan marcados que –da la sensación- estos lo llevan a una muerte aparente, mientras él vive otra.

Simplemente quiero entregar una idea que me surgió de esta lectura; y es que todos estamos en constante estado de ensoñación, como buscando en nuestras mentes aquel paraíso idílico que se nos figura en los medios de comunicación con playas paradisíacas, hombres y mujeres bellos, bronceados y bien aceitados, música ambiental y ¡Un precio de oferta! Si lo piensan ¿No es lo mismo? Vendemos nuestras ideas en base a esa realidad que se nos figura como perfecta, pero luego descubrimos que sólo es un truco para continuar exprimiéndonos toda la materia gris que podemos producir. Al final hacemos uno de los sacrificios más potentes por una ilusión que nunca tocaremos, donamos nuestras mentes al dios sistema.

Pero también hay quienes tratan de escapar. Los deseos de vivir son más fuertes que los de sobrevivir. El verdadero valor del dinero, la familia, los amigos, el título profesional, la fama y todas aquellas cosas toman se verdadero peso cuando buscamos el motivo de nuestras vidas, volviéndose tan ligeros que se escapan de nuestras manos y espaldas.
Luego de esto nos llega la imagen de las cuerdas que nos atan a la Tierra –tal vez sean las supercuerdas de la sobre vivencia- : Los sueños verdaderos…expresar lo que pienso, pensar en lo que siento, sentir lo que expreso, expresar lo que pienso, pensar en lo que siento,…
Es increíble el notar como un sueño tan frágil como sentir puede, en esta sociedad, transformarse en un pesado lastre que te arranca de este mundo y te lanza al fondo del río, donde no hay ala que te sirva para elevarte.

En síntesis, el cuento “La noche boca arriba” es un reflejo de cómo nosotros tratamos de forjar un sueño utópico que gire en torno a la felicidad, pero acabamos forjando una realidad que, a través de ideas e imágenes, nos muestra las carencias de nuestras “verdadera realidad.” Y quienes logran escapar al juego de la sociedad, el cual te encajona en ambas, acabará como sacrificio social ante el monstruo destructor llamado sistema.

Revelaciones de nuestros amores


El amor es algo hermoso, que se refuerza en el corazón joven, donde la mente es una cordillera nublada y confundida, fría en sus nevados pensamientos…eso es el amor, un velo que nos cubre los ojos ante lo malo, un incentivo a los sentimientos adormecidos al gran despertar, un calmante a aquella razón que nos aqueja de odio y nos provee de información.

Más aún la juventud rebasa el sentido de las relaciones maduras, permitiendo el engaño y la falta por supuestas razones anatómicas y psicológicas. Toda esa basura referida por bailarines o comentaristas de espectáculos –ninguna autoridad en términos médicos- son sólo patrañas para quitarle importancia a las referencias morales que pueden mantener la relación en el punto más alto de lo que es llamado amor: El respeto, la comprensión, la aceptación…la felicidad.

¿No son acaso sólo patrañas la famosa “crisis de los cuatro años”, esa que afirma que a aquel punto de la relación se acaba el amor?¿No es sólo una mentira eso de que “el sexo con una mujer es como respirar”?¿Se puede decir con libertad que “hacer un trío” no es sólo una fantasía infantil?¿No es sólo arte de convencimiento el mostrarle a los hombres su propia sexualidad como un hecho muy simple y a las mujeres como uno altamente complejo? Si estas “autoridades” afirman todo esto con la certeza que tiene un evangelizador de la existencia de su dios, ahora yo les pregunto: Si a los cuatro años de tener una pareja estable sé acaba el amor hacia esta ¿Cómo puede haber parejas de más de diez años que aún se sigan amando? ¿Serán locos o seniles? No lo afirmo solamente porque estas parejas dicen ser felices, sino porque uno nota en su convivencia lo bien que encajan el uno con el otro, esa es la rutina de ver y amar a otro ser; si es tan esencial el sexo con una mujer ¿Para que existe la masturbación como medio de autocomplacencia?¿No es sólo esta una maldita frase para engañar a la pareja cuando ella, por cualquier razón (viaje que los separa, enfado, enfermedad, hospitalización, etc.), no puede mantener una sexualidad activa?¡Falta que den la excusa de, si se masturban, les saldrán pelos en las manos! El tener una pareja implica estar con ella en las buenas y en las malas, sería injusto que uno se satisfaga con otra persona, mientras la pareja respeta el hecho infinito de hacer el amor sobre el sexo, y peor sería si uno se satisface por otro lado mientras el otro está imposibilitado de sentir placer propio; ¿El “trío” acaso no daña la privacía de la pareja? Esos rostros que sólo ellos han visto, esos sonidos que sólo ellos han escuchado quedan expuestos. Literalmente la belleza de la PAREJA queda rota, expandiéndose en su totalidad como una alfombra, lista para “pisar”, pero que nunca será limpiada. La complacencia en este acto puede acabar destruyendo la unidad de la pareja. Esta es sólo una fútil fantasía que surge en los hombres a los quince años, la cual se destruye cuando se alcanza el estado de madures; Si la sexualidad masculina es tan simple ¿Para que necesitan ellos dos puntos G y, para agravar, en lugares tan recónditos? Cuando la pareja se dedica a explorar su sexualidad en serio, es decir tocando y acariciando todo el cuerpo –no necesariamente explorar es disfrazarse, eso es para las parejas que ya se han explorado- , puede descubrir como miente la sociedad, pues la mujer es más simple de lo que le han enseñado en su infancia y el hombre es más complejo de lo que ha aprendido explorando –pues al hombre no le enseñan suficiente sobre su propia anatomía, y si lo educan en esta área él no pone atención, pues no le crean una responsabilidad paterna desde pequeño, lo cual, si fuera hecho, lo podría hacer un HOMBRE RESPONZABLE en el futuro-.

La pasión puede destruir la permanencia de la pareja, pues derrama por los sentidos al pensamiento, todo se vuelve inestable desde ahí. Cuando el deseo se va la pareja se termina desintegrando. Con todo esto podemos concluir que una relación madura es un equilibrio entre la razón y los sentimientos, sazonado todo con tiempo, aceptación y convalidación, pues entre la mano y la cabeza siempre debe mediar el corazón.